martes, 22 de diciembre de 2009

De las contradicciones De las contradicciones

El subsecretario del Hemisferio Occidental de EE.UU., Arturo Valenzuela, de gira por Latinoamérica, visita nuestro país en un clima complicado por el rechazo al papel jugado por su país en el golpe de Honduras y por las expresiones de la secretaria de Estado Clinton, de carácter amenazante hacia los países de la región. Es un dato este, relacionado no sólo con el posicionamiento argentino en el contexto latinoamericano, sino con la contradicción principal en América Latina y el Caribe, entre una radicalización profunda o la restauración neoliberal.
En Argentina, se pone de manifiesto que el objetivo real de las derechas políticas, económicas y mediáticas es agudizar la crisis de gobernabilidad, ganándole al gobierno “por puntos o por abandono”, como dijera Eduardo Duhalde, anotado en la carrera presidencial de 2011.
Desde ya, se anota en esta cuenta la amenaza recibida por la presidenta Cristina Fernández con la interferencia a la radio del helicóptero presidencial, se supone que desde las esferas más ultramontanas de la derecha.
Contradictoriamente el gobierno que ha impulsado reformas parciales positivas, nacionalizaciones, estatizaciones, ley de medios, subsidio por hijo, asociación latinoamericanista, no ha avanzado en lo substancial en la distribución de la riqueza, teniendo los medios para hacerlo, una de las razones por las que se debilita el respaldo a su gestión y no cierra la crisis de representación política.
Para agregar a las contradicciones, se producen dos hechos trascendentes, el veto presidencial a los artículos de la Ley de Reforma Política, que daban la posibilidad de adecuar las fuerzas políticas hasta diciembre de 2011, cerrando de este modo el paso a lo que no sea bipartidismo, y la creación de un fondo de reserva de más de seis mil millones de dólares del Banco Central, destinados a garantizar el pago de los vencimientos de deuda del próximo año.
Estos hechos, y ningún gesto en el sentido de un viraje muy fuerte en las posiciones de Tercera Vía, en la versión criolla del “capitalismo nacional”, sin alterar la matriz distributiva, sin la mayor democratización de la sociedad y el Estado, hacen más evidente la acuciante falta de una fuerza popular alternativa que impulse las luchas y la movilización para actuar en esta correlación de fuerzas y garantizar un proyecto liberador.
Hablamos de una alianza política y social de los trabajadores y el pueblo, de las capas medias de la ciudad y el campo, de las fuerzas de izquierda, que definan un programa común y un proyecto de carácter popular, democrático y antimperialista, para iniciar el camino de la liberación nacional y social. Y hacemos un llamado a todas las fuerzas populares, democráticas, progresistas, antimperialistas, que denominamos izquierda amplia, para confluir en este propósito.
La conformación de esta fuerza que asuma la clara tarea patriótica de impedir el regreso de un neoliberalismo puro y duro, coherente con la crisis que trepida en el mundo, y que pueda perfilar una nueva Argentina abriendo paso a las transformaciones que el país necesita, es el reto principal que tenemos los comunistas.