domingo, 27 de septiembre de 2009

Lucha cultural, organizativa y política

Los comunistas estamos abocados a la construcción de un proyecto alternativo que implica y requiere el crecimiento integral de nuestra fuerza como componente y herramienta de dicho proyecto. Es decir, el Partido no solo como impulsor de ese proyecto revolucionario sino como parte de él.
La legitimación del debate poscapitalista y nuestra propuesta de una transición socialista de liberación nacional son temas de la mayor actualidad, dada la crisis mundial del capitalismo y las experiencias que podemos seguir a diario en Nuestra América.

Estos dos elementos, ser parte del proyecto alternativo y la vigencia del debate poscapitalista, son una oportunidad para que el partido acreciente su fuerza y se fortalezca. Oportunidad que no se abre paso de modo maquinal e involuntario, sino que será el resultado de una lucha cultural, organizativa y política, que depende de nuestra decisión y voluntad, de nuestra capacidad para vencer las dificultades y potenciar nuestro crecimiento orgánico.
La experiencia histórica de los revolucionarios nos enseña que la voluntad y la organización pueden modificar la correlación de fuerzas más hostil para la toma del poder.
Y hostil ha sido el despliegue neoliberal, en el que se llegó en nombre de la modernidad y del progreso a proponernos la disolución del partido. Resistimos esa pretensión, resistimos el neoliberalismo codo a codo con amplias franjas populares, tenemos un partido de carácter nacional, con una tradición cultural reconocida, tenemos una historia y, sobre todo, tenemos un futuro, que se expresa en un proyecto, valga la reiteración, de reafirmación revolucionaria y de renovación de ideales y de modos de existencia.
Hoy, cuando la avasallante fuerza desestructurante del neoliberalismo ya no tiene tanto ímpetu, en que ya no se muestra la desorganización, la carencia de fuerza política, la fragmentación, como logros o virtudes, sino que se toma conciencia de que son debilidades y de que es posible superarlas, hoy, nos podemos fortalecer, podemos recuperar la ambición de formar parte de la vanguardia real. Y esto es así porque nuestra identidad marxista se afirma ante la crisis capitalista, es decididamente crítica al capitalismo y confluye con la revalorización de la causa socialista, que se encuentra en los objetivos de los procesos antimperialistas en nuestra región.
Vivimos experiencias inapreciables en el terreno de la búsqueda de justicia, el juicio a Brusa en Santa Fe, con la perseverante batalla protagonizada por nuestros compañeros, así como la condena a los represores asesinos del Negrito Avellaneda, el triunfo popular en El Salvador, que es tributo merecido a nuestro Marcelo Feito, son símbolos, entre otros, que tienen plena vigencia y dignifican nuestra prédica, son un poderoso punto de apoyo.
Faltan pocos días para recordar una vez más, y siempre, al valiente, inspirado, heroico Che Guevara. Por qué no acudir entonces a un fuerte sentido práctico de carácter revolucionario y convertir ese recuerdo en una jornada de puertas abiertas, de generosa invitación a sumarse a las filas del Partido y la Juventud Comunista a decenas y decenas de nobles y decididos luchadoras y luchadores por el cambio social en todo el país.
Tenemos que hacerlo.